En 1940, un psicólogo francés Dangeard publicó un informe sobre el consumo de dihé por parte de la gente Kanembu PL cerca del lago Chad (Frontera entre Chad, Níger, Nigeria y Camerún, en África). Dangeard, también notó que estas mismas algas poblaban varios lagos en el Valle del Rift de África Oriental, y eran el alimento principal para los flamencos que vivían alrededor de esos lagos.
Veinticinco años más tarde, durante 1964-65, un botánico de una expedición belga transsahariana, Jean Léonard, informó haber encontrado unos curiosos pasteles comestibles verdosos que se vendían en los mercados nativos de Fort-Lamy en N’Djamena en Chad (Léonard, 1966). Cuando los lugareños dijeron que estos pasteles provenían de áreas cercanas al lago Chad, Léonard reconoció la conexión entre las floraciones de algas y los pasteles secos vendidos en el mercado.

En 1967, la espirulina se estableció como una maravillosa fuente de alimento en el futuro en la Asociación Internacional de Microbiología Aplicada (Sasson, 1997). El análisis de las propiedades nutricionales de la espirulina mostró ante todo un contenido de proteína excepcionalmente alto, del orden del 60-70 por ciento de su peso seco; también mostró la excelente calidad de sus proteínas (contenido equilibrado de aminoácidos esenciales). Estos primeros datos fueron suficientes para lanzar muchos proyectos de investigación con fines industriales en la década de 1970, porque los microorganismos (Levaduras, Chlorella, Espirulina, algunas bacterias y mohos) parecía en ese momento ser la ruta más directa a las proteínas económicas, las icónicas “proteínas unicelulares”.

Al mismo tiempo que Léonard redescubrió la espirulina en África, se recibió una solicitud de una empresa llamada Sosa-Texcoco Ltd por los estanques de evaporación del Instituto de su planta de producción de bicarbonato de sodio en un lago cerca de la Ciudad de México. Como resultado, se realizó el primer estudio sistemático y detallado de los requisitos de crecimiento y la fisiología de la espirulina. Este estudio, que fue parte del Ph.D. tesis de Zarrouk (1966), fue la base para el establecimiento de la primera planta de producción a gran escala de espirulina (Sasson, 1997). ançais du pétrole “para estudiar una floración de algas que se produce en los Estados Unidos. Si bien finalmente ningún microorganismo cumplió su promesa de proteína barata, la espirulina siguió dando lugar a la investigación y al aumento de la producción, lo que refleja sus activos nutricionales percibidos (Falquet, 2000).